sábado, 9 de julio de 2016

Reanimación neonatal

(Reseña publicada en la WEB de la SEPEAP el 23 de Agosto de 2006)
El objetivo fundamental de la reanimación neonatal es mantener una correcta ventilación alveolar y asegurar un estado hemodinámico adecuado; para ello la reanimación respiratoria es fundamental; diferencia fundamental a la hora de diferenciar la reanimación cardiopulmonar del recién nacido de la reanimación cardiopulmonar del lactante y niño mayor donde se presta mayor atención inicial a la reanimación cardiovascular. La calidad de la ventilación y oxigenación alveolar en los primeros minutos de vida tiene repercusiones sobre la adaptación respiratoria y hemodinámica en la vida extrauterina, influyendo sobre la resorción de líquido alveolar, secreción de surfactante pulmonar, disminución de las resistencias vasculares pulmonares y aumento del flujo capilar pulmonar.

Continuando con el artículo de J. L. Chabernaud. [Neonatal resuscitation in delivery room: new advances]. Arch.Pediatr. 12 (4):477-490, 2005; revisamos los diferentes puntos de la reanimación neonatal. El algoritmo reproducido y traducido de la publicación original puede servir de ayuda al pediatra residente poco familiarizado con la reanimación del recién nacido.
Ventilación con presión positiva.
Numerosos trabajos han demostrado la conveniencia de una presión positiva inicial en la ventilación de > de 30 cm H2O para obtener una expansión alveolar correcta e instaurar una ventilación espontánea autónoma. De esta forma se puede evitar recurrir a la intubación traqueal, todo ello sin perder de vista la posibilidad de originar barotraumas. El consenso actual sobre ventilación manual en la sala de reanimación neonatal recomienda una frecuencia de 40 a 60 insuflaciones por minuto, excepto si se requiere compresión torácica externa, situación en que el ritmo de insuflaciones pulmonares debe ser de 30 por minuto. Durante las primeras insuflaciones se debe utilizar un tiempo de insuflación largo (2 a 3 seg.). En los grandes prematuros el objetivo principal es conseguir una capacidad residual funcional suficiente, si el recién nacido prematuro no esta muy deprimido se puede conseguir con la colocación de un dispositivo de CPAP nasal que suministre una presión de distensión continua de 4 a 6 cm H2O. Se recomienda, durante los primeros 15-30 minutos de vida, la administración profiláctica de surfactante exógeno artificial (Curosurf ) 2.5 ml/Kg por una sonda lateral al tubo endotraqueal en todos los recién nacidos < de 28 semanas de EG, sobre todo si no han recibido maduración pulmonar antenatal con corticoides.
Resulta extraordinariamente importante no sobrepasar un SaO2p del 94%, sobre todo en prematuros de menos de 32 semanas de EG.
Aun cuando la frecuencia cardiaca sea inferior a 60 lat/min, la administración de adrenalina no esta indicada de entrada, tan solo cuando tras 1 minuto de masaje cardiaco y ventilación eficaz persista la bradicardia se debe considerar su uso.
En recién nacidos extremos se recomienda la administración de sedación-analgesia, la morfina puede ser utilizada en perfusión continua a un ritmo de 15 a 20 mcg/Kg/hora. El midazolam puede originar en este grupo de recién nacidos alteraciones hemodinámicas (hipotensión) y debería ser evitado.
Prof. Dr. José Uberos Fernández

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